Este descenso se ha atribuido a un ligero aumento del impuesto sobre la cerveza de barril, que ha pasado del 15% al 21% este año.
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El mercado checo de la cerveza cuenta con 550 fábricas en el país, de las cuales las cuatro más grandes son propiedad del imperio japonés del alcohol Ushi, y representan el 60% de toda la producción checa de cerveza.