Las vacaciones suelen considerarse un momento para relajarse y reponer fuerzas, pero los niños pequeños no siempre lo entienden.
Los nuevos entornos, la sobrecarga sensorial y los cambios en las rutinas diarias pueden provocar fácilmente crisis emocionales.
Aunque las rabietas pueden ser increíblemente frustrantes -sobre todo cuando uno está intentando relajarse-, forman parte normal del desarrollo infantil. Entender qué desencadena estos arrebatos y saber cómo responder con calma y eficacia puede marcar la diferencia.
Aquí tienes algunos consejos prácticos que te ayudarán a anticipar, gestionar y minimizar las rabietas para que las vacaciones sigan siendo agradables para toda la familia.
Intente seguir unas rutinas normales
"Gran parte de la vida familiar y de los primeros años de vida se basa en rutinas, que proporcionan una sensación de comodidad y previsibilidad", dice Clare Shaw, especialista en música infantil y fundadora de Mini Mozart. "Por eso, para los niños pequeños puede ser muy desconcertante que todo eso se descontrole".
Así que, aunque no puedas controlarlo todo durante las vacaciones, intenta mantener algunas de sus rutinas habituales.
"Intenta mantener tu rutina habitual de libro, baño y cama", recomienda Shaw. "Incorporar rutinas musicales a eso, como una canción para el baño o para la noche, también puede ayudar porque son familiares".
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Mantén la calma
"Mantenga la calma, porque si usted está emocionalmente desregulado, su hijo también lo estará", dice la psicoterapeuta integradora Deborah Keenan, miembro senior acreditado de la Asociación Británica de Asesoramiento y Psicoterapia (BACP). "Los niños están muy en sintonía con el estado emocional de sus padres, así que cuanto más tranquila estés, más lo percibirán".
Prueba la respiración musical
"Si la rabieta es inminente, puedes intentar ralentizarla con una respiración musical", sugiere Shaw. "Anímales a inspirar el cuatro y a espirar el cuatro al ritmo de la canción; es un poco como la respiración en caja del yoga. Es muy calmante, ya que ayuda a ralentizar la respiración de forma natural y a sacar al cuerpo del modo de lucha o huida".
Ponte a su nivel
"Cuando veo a niños pequeños, me pongo a su nivel", dice Keenan. "Se trata del contacto visual. Si te pones a su nivel, fomentas el contacto visual y demuestras una postura tranquila y compasiva. es de esperar que esto conduzca a un resultado más positivo y les ayude a calmarse".
Convierte tu tensión en algo alegre
"Si te sientes frustrado, pon algo de música y baila o mueve los dedos, ya que esto puede ayudarte a liberar parte de tu propia tensión", sugiere Shaw. "También puede ser una buena distracción para los niños pequeños. Normalmente, durante una rabieta no están especialmente enfadados por nada, sino que simplemente sienten algo que no pueden expresar. Así que intenta cambiar parte de esa energía y sentimiento hacia algo alegre".
Prepárate
"Cuando hay necesidades insatisfechas, como el hambre y el cansancio, los niños pequeños se desregulan", dice Keenan. "Por eso, la preparación es clave. Asegúrate de tener suficientes tentempiés y bebidas para los viajes largos".
Mantenlos ocupados
"Si hay un retraso en un restaurante, por ejemplo, lleva juguetes con los que puedan jugar y haz que sea lo más divertido posible", recomienda Keenan.
Crea una lista de reproducción navideña
"Haz que elijan algunas de sus canciones favoritas para una lista de reproducción de vacaciones", sugiere Shaw. "Si vais a Grecia, por ejemplo, podéis buscar una canción griega que les dé una idea de la música y la cultura del lugar que vais a visitar".
"Luego, si ves que se está gestando una rabieta, puedes decir ¿deberíamos quitar la música? Creo que muchas de las rabietas de los niños pequeños tienen que ver con su capacidad de decisión y con que se sienten fuera de control, y si una lista de reproducción es algo en lo que ellos han tenido capacidad de decisión, sin duda puede ayudarles a recuperar cierta sensación de control".
Prueba la técnica paterna de tap in, tap out
"Hay una cosa llamada tap in, tap out que puedes hacer con otro padre", dice Keenan. "Si sientes que te estás desregulando con el niño, quizá puedas pedirle a tu pareja que intervenga para que tengas un poco de espacio para calmarte".
Háblales con calma después de la rabieta
Cuando termine la rabieta, dile: "Escucha, veo que estabas un poco enfadado; cuando estés listo, tendremos una pequeña charla", aconseja Keenan. "Obviamente, que sea apropiado para la edad, pero puedes decir que tendremos una pequeña charla sobre lo que podemos hacer si te sientes así la próxima vez".
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Exponerles a situaciones diferentes
"Dales nuevas experiencias a cuentagotas para ayudarles a desensibilizarse y acostumbrarse a entornos desconocidos", dice Keenan. "No hay que meterlos de lleno en situaciones nuevas, sino hacerles tomar conciencia de ellas con delicadeza".
Valida sus sentimientos
"Es muy importante validar sus emociones y hablar de cómo se sienten", dice Shaw. "Una de las cosas más valiosas que se puede hacer por un niño es nombrar sus emociones. Hablar de ese proceso de pensamiento y servir de modelo de comportamiento saludable para los más pequeños nombrando tus propias emociones".