Estas medidas reflejan el creciente apoyo público a los lugares sin humo, a la protección de los niños contra el humo ajeno y a dar prioridad al aire limpio para los jóvenes, con el objetivo de fomentar una generación sin tabaco para 2032.

El consumo de tabaco en Francia se encuentra en su nivel más bajo desde la década de 1990, disminuyendo entre los jóvenes: sólo el 16% de los jóvenes de 17 años declara fumar, y el 23% de la población adulta admite encender un cigarrillo todos los días.