Sin embargo, para quienes tienen ingresos o activos en el extranjero, ya sean pensiones, inversiones, propiedades o activos digitales, el proceso dista mucho de ser sencillo. Declarar erróneamente u omitir información clave puede dar lugar a una exposición fiscal inesperada, sanciones e incluso un escrutinio a largo plazo.

El régimen del impuesto sobre la renta de las personas físicas de Portugal exige que los residentes declaren sus ingresos en todo el mundo. Sin embargo, la forma en que se gravan -o se eximen- las rentas extranjeras depende no sólo de la legislación nacional, sino también de las disposiciones específicas de los convenios para evitar la doble imposición. Es fundamental comprender la interacción entre las normas extranjeras y el tratamiento fiscal portugués. Por ejemplo, algunos países gravan los ingresos sobre una base bruta sin deducciones, mientras que otros aplican retenciones fiscales que pueden o no ser acreditables en Portugal. Presentar cifras exactas a menudo exige una cuidadosa conciliación de documentos y normas de información extranjeros.

Este año, las apuestas son aún mayores con la introducción de nuevos requisitos obligatorios de información. Por primera vez, los criptoactivos deben declararse en la declaración de la renta portuguesa. Los contribuyentes que posean criptoactivos a 31 de diciembre de 2024 están ahora obligados a declarar sus tenencias, incluso si no se ha producido ninguna venta o ingreso. Esto supone un cambio significativo con respecto a años anteriores, en los que el cripto no estaba regulado a efectos fiscales.

Igualmente importante es la obligación de declarar las cuentas y activos extranjeros mantenidos en jurisdicciones clasificadas como paraísos fiscales. Portugal mantiene una lista estricta y amplia de las denominadas "jurisdicciones extraterritoriales", que incluye no sólo los sospechosos habituales -como las Islas Vírgenes Británicas, Guernsey, Jersey y las Islas Caimán-, sino también algunas jurisdicciones que no suelen considerarse paraísos fiscales en otros lugares, como la Isla de Man, Gibraltar e incluso Hong Kong. A los holandeses les sorprenderá saber que las islas caribeñas de Aruba, Curaçao y San Martín también figuran en la lista. Mantener activos en estas jurisdicciones -incluso cuentas inactivas o estructuras que no generen ingresos- conlleva obligaciones específicas de información y puede dar lugar a tipos impositivos más elevados o a restricciones en las deducciones fiscales.

Las autoridades portuguesas se centran cada vez más en la transparencia internacional y el intercambio automático de información. No informar adecuadamente sobre estos activos puede levantar alarmas y dar lugar a auditorías o sanciones.


En este panorama cambiante, es esencial que los informes sean precisos y completos. Aunque las herramientas informáticas y las plataformas automatizadas pueden ayudar con las declaraciones sencillas, rara vez captan la complejidad de las situaciones internacionales. Recurrir a asesoramiento profesional -especialmente cuando se trata de rentas extranjeras, fideicomisos, criptomonedas o paraísos fiscales- puede ayudar a evitar errores costosos y garantizar el pleno cumplimiento.

Presentar una declaración no es sólo cumplir un plazo. Es una oportunidad para hacer balance de sus asuntos, identificar oportunidades de planificación y reducir el riesgo de futuros problemas con las autoridades fiscales.

Mário Patrício, Director de Forvis Mazars en Portugal(mpatricio@mazars.pt)