La producción no renovable supuso el 16%, mientras que el 7% restante fue energía importada, en un mes en el que hubo restricciones a las importaciones de electricidad desde España, a raíz del apagón del 28 de abril.

Al mismo tiempo, en mayo, "el consumo de electricidad descendió un 0,1%, es decir, una variación nula considerando la corrección por los efectos de la temperatura y el número de días laborables", y al final del mes, "el consumo anual acumulado registró un aumento anual del 1,8%, el mismo valor al corregir por la temperatura y los días laborables". Los datos de la REN también indican que, en el mismo periodo, las centrales hidroeléctricas tuvieron un índice de productividad de 1,52 (media histórica de 1), "a diferencia de las centrales eólicas y solares, con condiciones inferiores a la media e índices de 0,73 y 0,93, respectivamente". En el periodo acumulado entre enero y mayo, la producción renovable suministró el 82% del consumo, repartido entre hidroeléctrica con el 40%, eólica con el 27%, fotovoltaica con el 10% y biomasa con el 5%. La producción de gas natural "suministró el 12% del consumo, correspondiendo el 6% restante al saldo importador". En el caso del mercado del gas, se produjo "un crecimiento global anual del 40%, impulsado por el crecimiento del segmento de producción eléctrica, mientras que el segmento convencional registró un descenso anual del 2,1%".

En el mes analizado, el sistema nacional se abasteció íntegramente de la terminal de GNL de Sines.

Los datos de la REN muestran también que "el consumo acumulado de gas registró una variación anual del 7,1%, con el segmento de producción de electricidad creciendo un 81%, contrarrestando la contracción del 6% en el segmento convencional".

Según la empresa, el 96% del suministro nacional se aseguró a través de la terminal de Sines y el 4% restante a través de la interconexión con España, siendo Nigeria y Estados Unidos "las principales fuentes de gas consumido en Portugal, representando el 52% y el 34% del total, respectivamente".