La misión, denominada CO2M ( Copernicus Anthropogenic Carbon Dioxide Monitoring), está siendo desarrollada por la Agencia EspacialEuropea (ESA) en colaboración con la Comisión Europea en el marco del programa Copérnico de observación de la Tierra.
La misión incluirá el lanzamiento de tres satélites, previstos para 2027, 2028 y 2029, respectivamente. Estos satélites están diseñados para medir las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono (CO₂), metano (CH₄) y dióxido de nitrógeno (NO₂), gases muy asociados a la actividad humana y al calentamiento global.
La empresa portuguesa de tecnología e ingeniería GMV es responsable del desarrollo de los sistemas de procesamiento de datos que gestionarán los grandes volúmenes de información recogidos por los satélites. Por su parte, FHP proporcionará el aislamiento térmico de los satélites, garantizando su correcto funcionamiento en las condiciones extremas del espacio, según ha confirmado la agencia espacial nacional de Portugal.
Según la ESA, estos satélites orbitarán la Tierra a una altitud de 735 kilómetros, desde una órbita polar, ofreciendo una visión global de las emisiones de gases de efecto invernadero. Serán lanzados desde el puerto espacial europeo de Kourou, en la Guayana Francesa, a bordo de cohetes Vega-C, y se espera que funcionen durante al menos siete años.
La misión CO2M reviste una importancia estratégica en el contexto de la crisis climática. Como destaca la ESA, las actividades humanas siguen liberando a la atmósfera niveles crecientes de dióxido de carbono y metano, lo que agrava el calentamiento global. Alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 ºC requerirá datos precisos y perspectivas procesables para apoyar reducciones sustanciales y sostenidas de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los satélites proporcionarán mediciones de alta resolución de las emisiones de CO₂ procedentes de instalaciones industriales, zonas urbanas y centrales eléctricas. Al detectar también el NO₂, que a menudo se emite junto con el CO₂ durante la combustión de combustibles fósiles, la misión ofrece una capa adicional de datos para rastrear la contaminación hasta sus fuentes.
Más allá de los descubrimientos científicos, la misión tiene un fuerte impacto político. Los datos generados por los satélites CO2M mejorarán los modelos climáticos e informarán las decisiones políticas relacionadas con la reducción de emisiones y las estrategias de adaptación al clima. Esta información será crucial para los gobiernos, los organismos internacionales y las organizaciones medioambientales que trabajan para alcanzar los objetivos de sostenibilidad.
La participación de Portugal en una misión de tan alto nivel refleja las crecientes capacidades tecnológicas del sector espacial del país. También subraya la importancia de la colaboración internacional para afrontar retos globales como el cambio climático.
A medida que se inicia la cuenta atrás para el primer lanzamiento en 2027, la participación de empresas portuguesas muestra cómo la innovación local puede contribuir a una misión global cuyo objetivo es salvaguardar el futuro de nuestro planeta mediante la observación avanzada de la Tierra desde el espacio.