En Portugal hay menos personas que viven hacinadas o en viviendas con carencias graves, es decir, con humedad, sin ducha o con poca luz natural, según idealista.
Sin embargo, los datos delInstituto Nacionalde Estadística(INE) no son todo buenas noticias. Y es que también se ha producido un "empeoramiento de las condiciones financieras asociadas a la vivienda".
Estas son las principales conclusiones que extrae el INE de los resultados de la Encuesta de Condiciones de Vida y Renta 2024, que analiza tanto las condiciones físicas de los hogares donde residen las familias del país como las condiciones financieras asociadas a la vivienda.
Respecto a las viviendas donde residen los hogares, los resultados apuntan a "una mejora de las condiciones físicas de la vivienda" en 2024, según el informe. Varios factores contribuyen a esta conclusión:
- Menos familias que viven en hogares hacinados (es decir, en los que el número de habitaciones habitables es insuficiente para el hogar): la tasa de hacinamiento en la vivienda se redujo del 12,9% en 2023 al 11,2% en 2024 en todo el país;
- Menos hogares que viven en condiciones de privación grave de la vivienda (humedad, falta de cuartos de baño o luz natural insuficiente): "En 2024, el 4,9% de los residentes vivían en privación severa de vivienda, una reducción en comparación con 2023 (6,0%)";
- Más familias viviendo en hogares térmicamente confortables: también se observó una reducción en 2024 del número de personas que vivían en hogares sin capacidad económica para mantener una calefacción adecuada (del 20,8% en el año anterior al 15,7%). Aún así, la incapacidad financiera para mantener la calefacción siguió siendo más común en Portugal que en el conjunto de los países de la Unión Europea (9,2%). Esta situación afectó al 30,9% de la población en riesgo de pobreza y a más de una quinta parte de las personas mayores.
Sin embargo, el año pasado también se produjo "un empeoramiento de las condiciones financieras asociadas a la vivienda en comparación con 2023", concluye la oficina de estadística portuguesa. Para ello se tiene en cuenta la renta disponible de los hogares y los gastos asociados a la vivienda, como el alquiler, los intereses hipotecarios y los gastos de agua, electricidad, seguros, cuotas de condominio o pequeñas reparaciones.
"En 2024, la carga mediana de los gastos de vivienda fue del 12,0%, lo que representa un aumento en comparación con el año anterior (9,7%)", revela el INE. Estos gastos de vivienda pesaron un 22,5% sobre la población en riesgo de pobreza, lo que supone más del doble del valor registrado el año anterior (10,4%).
La Gran Lisboa y el Algarve fueron las únicas regiones con una carga mediana de gastos de vivienda superior a la media nacional: 13,4% y 12,8%, respectivamente. Las Regiones Autónomas de Azores y Madeira, y la región Centro, presentaron los valores más bajos para este indicador.