A medida que envejecemos, nuestros riñones -órganos vitales responsables de filtrar los residuos de la sangre y mantener el equilibrio de líquidos- no suelen recibir la atención que merecen.

Sin embargo, al igual que muchas otras partes del cuerpo, la función renal puede disminuir de forma natural con el paso del tiempo, y ciertas afecciones son más probables con la edad. El problema es que estos problemas suelen desarrollarse lentamente y sin síntomas evidentes, por lo que es fácil pasarlos por alto hasta que están más avanzados.

Para ayudar a concienciar a la población, hemos hablado con Fiona Loud, directora de políticas de Kidney Care UK. Ella ha destacado tres problemas renales comunes que afectan con frecuencia a los adultos mayores y ha ofrecido una gran cantidad de consejos prácticos sobre cómo proteger su salud renal a medida que envejece.

¿Cuáles son los problemas renales más comunes entre las personas mayores?

1. Enfermedad renal crónica (ERC)

La enfermedad renal crónica afecta aproximadamente a una de cada 10 personas en el Reino Unido, según Kidney Care UK. Aunque puede aparecer a cualquier edad, el sitio web de Kidney Care UK afirma que es más frecuente en adultos mayores de 60 años.

Esto se debe en parte a que la función renal tiende a disminuir con la edad. Este declive es una parte normal del proceso de envejecimiento, aunque el ritmo de declive puede variar de una persona a otra.

"Los riñones filtran la sangre cada minuto del día, ayudan a regular la tensión arterial, contribuyen a la salud ósea y ayudan a producir glóbulos rojos, pero la función renal, como la mayoría de las funciones corporales, disminuye gradualmente a medida que envejecemos", explica Loud.

La diabetes y la hipertensión son las causas más frecuentes de enfermedad renal crónica.

"Si se padece alguna de estas enfermedades, con el tiempo pueden ejercer una presión adicional sobre los vasos sanguíneos de los riñones, lo que puede afectar a la función renal", explica Loud.

La enfermedad renal crónica progresa a través de cinco etapas, pero puede ser difícil de detectar en sus inicios porque a menudo no causa síntomas perceptibles."

"A menudo se dice que la enfermedad renal es una afección silenciosa, porque los síntomas suelen ser inespecíficos en las primeras fases", señala Loud. "Sin embargo, entre los síntomas comunes que se manifiestan más adelante se incluyen cosas como la fatiga y la disnea, aunque también pueden ser síntomas de otras cosas."

Otros síntomas de la ERC (que suelen presentarse durante las fases 4-5) enumerados en el sitio web de Kidney Care UK son la pérdida de peso y la falta de apetito, la hinchazón de tobillos, pies o manos, la hinchazón de la cara, la presencia de sangre en la orina, una mayor necesidad de orinar (sobre todo por la noche), la dificultad para dormir, el picor en la piel, los calambres o la debilidad muscular, la sensación de malestar y/o los dolores de cabeza.

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2. Lesión renal aguda

"Los adultos mayores son más propensos a sufrir lesiones renales crónicas y agudas", afirma Loud. La lesión renal aguda se produce cuando la función renal disminuye muy rápidamente y puede afectar a cualquiera, pero es más frecuente en grupos vulnerables como los bebés, los niños pequeños o las personas mayores de 65 años, y suele ir acompañada de otras complicaciones".

"Las infecciones urinarias persistentes, un malestar estomacal o una infección, por ejemplo, pueden desencadenar una lesión renal aguda.

3. Uso prolongado de determinados medicamentos

"El uso muy prolongado de antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno, puede tener un impacto negativo en los riñones", añade Loud.

Según la Fundación Nacional del Riñón, las dosis elevadas de AINE pueden ser perjudiciales para los riñones. El sitio web de la Fundación afirma que las personas con función renal reducida, cardiopatías o hipertensión deben evitar el uso de AINE a menos que se lo recomiende específicamente un médico.

He aquí algunos consejos para mantener los riñones sanos y en buen estado con la edad...

Manténgase hidratado

Mantenerse hidratado ayuda a los riñones a eliminar los productos de desecho y evita la formación de cristales y cálculos que pueden provocar problemas renales.

"Mantente bien hidratado y vigila el color de tu orina", aconseja Loud. "Si es pálido es bueno y si es oscuro suele ser señal de que no has bebido lo suficiente".

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Revisión renal anual

"Si tienes diabetes o se sabe que tienes la tensión alta, deberías hacerte una revisión renal anual", dice Loud. "Pero incluso si no es así, si le preocupa su salud renal, puede acudir a su médico de cabecera y pedir que le hagan pruebas".

Habla con tu médico sobre los medicamentos

"Además de los medicamentos no esteroideos, hay algunos antibióticos que son menos beneficiosos para los riñones, por lo que las personas con ERC deberían comprobar con sus médicos de cabecera que los medicamentos que les recetan son adecuados", dice Loud.

Seguir una dieta equilibrada y reducir la sal

Una dieta equilibrada puede ayudar a mantener la tensión arterial y el colesterol en niveles saludables.

"Intenta comer sano, con mucha verdura y todas esas cosas buenas, porque son beneficiosas para el sistema cardiovascular", recomienda Loud. "Si cuidas tu corazón, cuidas tus riñones.

"La sal hace que los riñones trabajen más y poco a poco esa presión puede acumularse, por eso se recomiendan las dietas bajas en sal".

Mídase la tensión con regularidad

"Muchas farmacias y consultas de medicina general tienen tensiómetros, por lo que es fácil ir a tomarse la tensión", dice Loud.

Mueve el cuerpo

Mantenerse activo es crucial para conservar la salud renal, ya que ayuda a controlar los factores de riesgo asociados a la enfermedad renal, como la hipertensión, el colesterol alto y la diabetes.

"El ejercicio regular también mantiene el cuerpo en movimiento y ayuda a mejorar la salud cardiovascular, que está estrechamente relacionada con la función renal", afirma Loud.