La conducción se ve afectada por tres aspectos del proceso de envejecimiento: la rigidez, la vista y el tiempo de reacción.

Rigidez

Se produce en todo el cuerpo, pero quizá el principal efecto en la conducción se produce en la parte superior de la columna vertebral, lo que afecta al movimiento del cuello y a nuestra capacidad para girar tanto la cabeza y, por tanto, causa problemas para ver el tráfico que viene en sentido contrario, sobre todo en los cruces. Para minimizarlo, es necesario aproximarse a los cruces lo más cerca posible de los 90 grados. En un cruce en ángulo recto, no debería haber ningún problema (pero lea mi comentario posterior sobre el tiempo de reacción). Sin embargo, al incorporarse oblicuamente, como se muestra en el siguiente diagrama, es necesario realizar la maniobra antinatural de girar a la izquierda (derecha en el Reino Unido) para colocarse en ángulo recto con respecto al cruce.

Créditos: TPN; Autor: Roy Carpenter;

Vista

Nuestros ojos, aparte de los problemas comentados en"Conducción defensiva 2", como la lentitud de reacción de las pupilas que crea problemas de conducción nocturna, se deterioran con la edad y la graduación necesaria para ofrecerle la mejor visión posible se altera. Hay otros cambios médicos, como las cataratas, el glaucoma y la degeneración macular, que progresan lentamente pero pueden afectar a su conducción antes de que se dé cuenta realmente de que tiene un problema.

Al principio, las cataratas no provocan ceguera, pero en las primeras fases pueden desarrollarse en zonas aleatorias del cristalino del ojo, creando un campo de visión irregular, lo que significa que, aunque aparentemente se puede ver bastante bien, hay pequeños puntos ciegos, quizás lo suficiente como para no ver a un niño corriendo por el arcén.

El glaucoma produce una reducción del campo de visión, de modo que, aunque la visión central es buena, es probable que no vea nada, sobre todo en los cruces.

La degeneración macular, por el contrario, emborrona la visión central, pero no suele afectar a la visión periférica y, como todavía puede ver objetos grandes a través de esta visión periférica, es probable que no vea los objetos más pequeños que tenga justo delante.

La única forma de comprobarlo es mediante exámenes periódicos realizados por un optometrista u oftalmólogo.

Hágase la pregunta "¿Puedo conducir con seguridad?", y la respuesta puede ser, por ejemplo, "Sí, pero no de noche", "Sí, pero sólo en el área local" o incluso, por su propio interés y el de los demás, "No".

Tiempo de reacción

Es difícil de medir, pero aumenta con la edad, por lo que, por ejemplo, sus habilidades deportivas empeoran con la edad. Lo más sensato es aceptar que esto le ocurrirá a usted: conduzca un poco más despacio, deje más espacio detrás del coche que le precede, deje tiempo en los cruces y no conduzca en condiciones como mal tiempo u horas punta.

Una buena idea es hacer un examen de conducir con un profesor de autoescuela cualificado.

¿Debería haber un límite de edad para conducir?

Mi respuesta es un rotundo "NO", porque los conductores son muy diferentes. Conozco conductores de 60 años que no deberían acercarse a un coche y otros de más de 90 que son muy capaces.

¿Debería haber exámenes de conducir periódicos?

Mi respuesta es "NO", pero SÍ debería haber "evaluaciones de conducción" periódicas.

Yo me someto a una evaluación voluntaria de media hora en una autoescuela local, que a menudo saca a la luz cosas que me han hecho caer en la autocomplacencia, como "tomar atajos" y repasar los cambios legislativos recientes.

Sigue los consejos del instructor, aunque no te gusten.

Creo que unas evaluaciones obligatorias a los 60, 70, 75 y 80 años, y después cada dos años, harían que las carreteras fueran más seguras.

Por último

Espero que esta serie de artículos (escritos por un conductor de 84 años) les haya sido de ayuda y les ruego que recuerden los principios básicos de la "conducción defensiva".

1/ Un coche es un arma letal en las manos equivocadas.

2/ Es mejor llegar tarde que no llegar.

3/ Los cobardes viven más que los héroes.

4/ La cortesía no cuesta nada, pero da mucho (en elogios).