Se ha hecho pública la nueva Estrategia Nacional de Educación para la Ciudadanía(ENEC), que pretende sustituir a la anterior, de 2017, así como una hoja de ruta, que no existía en la versión anterior, de aprendizajes esenciales para la disciplina.

Con esta medida se cumple una promesa electoral del Gobierno y se responde a las críticas de los sectores más conservadores de que la disciplina de Ciudadanía y Desarrollo estaba demasiado centrada en temas que califican de ideología de género.

"Como espacio de desarrollo individual y colectivo, la escuela se asume como lugar privilegiado para la construcción de una cultura de ciudadanía activa, democrática y responsable, compartida por todos, que promueva la cohesión social", reza el texto de la ENEC, que está abierto a consulta pública hasta el 1 de agosto. "La sociedad portuguesa, en su contexto nacional, europeo y mundial, se enfrenta a innumerables desafíos que exigen respuestas basadas en valores éticos, conocimiento de las normas cívicas y de las instituciones democráticas, empatía y solidaridad social", afirma el documento, que subraya que "la Educación para la Ciudadanía permite a los jóvenes desarrollar la capacidad de diálogo, el pensamiento crítico y la conciencia de su papel".

En los temas obligatorios y transversales, la propuesta del Gobierno destaca los derechos humanos, la democracia y las instituciones políticas, el desarrollo sostenible, la educación financiera y el espíritu empresarial.

En un segundo nivel se hace hincapié en la salud, los riesgos y la seguridad vial, el pluralismo y la diversidad cultural, y los medios de comunicación.

"En un contexto global en el que asistimos a riesgos crecientes de fragmentación social, desinformación y polarización, educar para la ciudadanía corresponde a invertir en la cohesión social en torno a los valores compartidos de los derechos humanos, la igualdad y la no discriminación, que son la base del Estado de derecho democrático portugués y de las sociedades libres", se lee. Un análisis de la propuesta del gobierno y de la estrategia actual concluye que la atención a la sexualidad o a la orientación sexual deja de existir y sólo se aborda en el contexto de las violaciones de los derechos humanos.

Sólo en el itinerario formativo esencial del tercer ciclo y en el capítulo de derechos humanos se exige a los alumnos que "analicen casos históricos y actuales de violaciones de los derechos humanos (incluyendo, entre otros, la trata de seres humanos, los abusos sexuales, la violencia de género, así como la violencia contra las personas con orientación sexual e identidad y expresión de género no normativas)".

Además, sólo en esta fase, entre el 7º y el 9º grado, el programa prevé "discutir la (in)igualdad de género en contextos como la educación, el trabajo y los cargos políticos."

En el caso del maltrato animal, que se destaca en el programa actual, la propuesta del gobierno prevé que sea uno de los temas abordados en el capítulo de desarrollo sostenible para los alumnos de segundo ciclo, llevándolos a "reflexionar sobre situaciones en las que la acción humana puede comprometer el bienestar animal." La interacción con otras culturas sigue siendo un punto relevante, ya que la propuesta actual incluye el término "diversidad cultural" en lugar de "interculturalidad", incluido en el plan de estudios actual.

En la propuesta, el gobierno defiende que se enseñe a los alumnos de primaria a "expresar apertura y curiosidad por conocer a los demás" y a "participar en iniciativas que celebren y valoren su propia cultura, así como otras culturas, en el marco de los valores constitucionales de la sociedad portuguesa", entre otros temas.

A los alumnos de segundo y tercer curso se les pide que valoren "la diversidad cultural en el contexto escolar", discutan "la relevancia de proteger los derechos de las minorías y sus culturas" y reconozcan los "retos que los inmigrantes experimentan en la sociedad de acogida". Sólo en secundaria se pedirá a los alumnos que "reflexionen críticamente sobre las consecuencias culturales de los actuales procesos de globalización (homogeneización frente a diferenciación y fragmentación)", que "analicen diferentes formas de discriminación, como el racismo, la xenofobia, la antigitanidad, la islamofobia, el antisemitismo y la misoginia", y que "debatan sobre el papel del diálogo intercultural y el pluralismo en la cohesión de sociedades culturalmente diversas".

Una de las novedades del programa es la educación financiera y el tema del espíritu emprendedor, para lo que se pedirá a los alumnos más jóvenes que "comprendan la importancia del ahorro y sus objetivos" y "diferencien entre pedir préstamos (a familiares, amigos o bancos) y concederlos".

Los alumnos mayores elaborarán presupuestos personales y familiares, así como presupuestos para "un proyecto empresarial, teniendo en cuenta las alianzas estratégicas y los recursos necesarios", además de "validar ideas innovadoras que puedan generar valor."

El tema de los "medios de comunicación" también ocupa un lugar destacado en la propuesta sometida a debate público, que pretende "animar a los niños y jóvenes a interpretar la información y utilizar los medios sociales, especialmente en el acceso y uso de las tecnologías de la información y la comunicación, con el objetivo de adoptar actitudes y comportamientos adecuados para el uso crítico y seguro de las tecnologías digitales, la información y los contenidos generados por la inteligencia artificial."

A los mayores se les piden propuestas para "transformar y mejorar el entorno online y el bienestar en su relación con los medios digitales, como forma de prevenir los riesgos online (adicción, ciberacoso, discurso de odio, polarización, trolling, sexting, sextorsión, etc.)".