Una parálisis de las patas traseras acabó con su movilidad y había pasado cuatro días de angustia para la que no había tratamiento.
Así terminaron ocho años de vida alegre durante los cuales el perro rescatado se convirtió en el rescatador y me ayudó a pasar a la peligrosa y tensa décima década, en la que el sentido del propio propósito se debilita con el declive de la dignidad personal.
Créditos: Imagen suministrada; Autor: Roberto Cavaleiro;
Tomar la decisión de recurrir a la eutanasia canina no debería ser difícil para los propietarios verdaderamente cariñosos. Es un ejemplo que a algunos se nos debería permitir seguir cuando llegue el momento de poner fin pacíficamente a nuestro propio sufrimiento.
por Roberto Cavaleiro - Tomar, 27 de julio de 2025