Sus defensores afirman que este modelo podría transformar el acceso a la energía en toda la República Democrática del Congo y otras regiones vulnerables, utilizando energías renovables en beneficio de los más expuestos al cambio climático.


El proyecto, dirigido por la empresa de servicios públicos Nuru, ha sustituido a los generadores diésel de la región y abastece de energía a pequeñas empresas a pesar del conflicto en curso.