El tercer cambio de la normativa, que entró en vigor el 1 de marzo de 2023, incluye también la ampliación de la llamada zona de contención, que abarcará prácticamente todo el centro de Oporto.
En esta zona, la venta de bebidas alcohólicas después de las 21:00 horas sólo está permitida en cafés, bares, restaurantes y discotecas. Quedan excluidos establecimientos como supermercados, tiendas de conveniencia, tiendas de recuerdos y bodegas.
Todavía en la zona de contención, las terrazas tendrán ahora un horario limitado, aunque se flexibilizan los horarios de las terrazas de las tres zonas de ocio nocturno (el núcleo de ocio nocturno, la zona protegida y la zona de contención).
La concejala de Actividades Económicas e Inspección, Filipa Correia Pinto, garantizó que habrá inspecciones "muy estrictas" con "fuertes" sanciones, para "reforzar la sensación de seguridad de la gente y garantizar la organización de los espacios públicos".
Otro cambio "significativo", según la alcaldesa, es la revisión del marco sancionador que se aplica a las infracciones de las normas del reglamento, con la introducción de un mecanismo de cierre cautelar del establecimiento.
En "determinadas circunstancias, y debidamente justificadas", los órganos de inspección podrán "clausurar de forma inmediata un establecimiento que esté incumpliendo, con repercusión en la seguridad y comodidad de quienes frecuentan el lugar", explicó, añadiendo que también se prevé el cierre temporal como sanción adicional.
Además, los agentes económicos que tengan antecedentes por infracciones ya no podrán acceder al horario ampliado.
En declaraciones a Lusa el lunes, el presidente de la Asociación de Bares y Discotecas de Movida do Porto admitió que las nuevas normas del reglamento, con sanciones más duras, pueden ayudar a combatir los problemas, pero no los resuelven.
"Todas las medidas son bienvenidas, pero no lo solucionan. La cuestión de los 'botellones' (reuniones informales para beber en la calle) es un tema importante, porque muchas veces se hace con bebidas que la gente trae de casa o compra en supermercados durante el día y, por lo tanto, no son los establecimientos los que venden las bebidas para que la gente pueda hacer estos 'botellones' en la calle".
El presidente de la Asociación Portuguesa de Bares y Discotecas, Ricardo Tavares, dijo tener dudas de que las nuevas normas para el ocio nocturno de Oporto resuelvan el problema del fenómeno del 'botellón'.
"Operativamente, no creo que esto traiga ninguna mejora a la ciudad, ni a los que viven en ella. Sólo traerá más problemas para los dueños de los negocios, que ya tienen muchos", dijo Ricardo Tavares.
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