Las conclusiones son el resultado de la encuesta "Riesgos que importan", realizada entre noviembre y diciembre del año pasado a más de 27 mil personas de entre 18 y 64 años en 27 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico(OCDE).
De cara a los próximos uno o dos años, la principal preocupación en todos los países está relacionada con el riesgo geopolítico, señalada por el 77% de los entrevistados.
Israel, que está en guerra en la Franja de Gaza desde octubre de 2023, encabeza la lista de países más preocupados por este asunto (88%), pero hay otros ocho que también obtienen una puntuación superior al 80%: España, Portugal (86%), Turquía, Italia, Austria, Grecia, Alemania y Lituania.
En el informe, los portugueses vuelven a destacar en la mayoría de los indicadores.
Justo después del riesgo geopolítico, el cambio climático es motivo de preocupación para la mayoría (82%), pero también una serie de cuestiones relacionadas con la salud.
Para el 78% de los encuestados en Portugal, el acceso a una atención sanitaria de calidad o la posibilidad de enfermar es motivo de preocupación, y siete de cada 10 están preocupados por el acceso a una atención continuada de calidad.
En cuanto a la asistencia sanitaria, la mitad de los portugueses se muestra dispuesta a contribuir un 2% más a la sanidad, por encima de la media de la OCDE (38%).
En este tema, Portugal también se encuentra entre los cinco países con mayor porcentaje de personas que dicen sentirse preocupadas o muy preocupadas, junto con Chile, Grecia, México y España.
Cuando el horizonte son los próximos uno o dos años, sólo hay un criterio que preocupe a menos de la mitad de los portugueses: la necesidad de dejar el trabajo o la carrera para cuidar de los hijos, familiares mayores o con alguna enfermedad o discapacidad (49%).
Las preocupaciones transversales de los portugueses son comunes a otros países como Chile, Grecia, Italia, México, España y Turquía, donde casi todos los temas evaluados son motivo de preocupación para la mayoría de los entrevistados.
Por el contrario, destacan países del centro y norte de Europa como Austria, Bélgica, Dinamarca, Noruega, Países Bajos, Polonia, Reino Unido y también Corea del Sur.
Además del corto plazo, la encuesta también evaluó las preocupaciones en un horizonte de más de 10 años, en el que el cambio climático y los riesgos geopolíticos vuelven a aparecer a la cabeza para los portugueses.
A largo plazo, la seguridad financiera en la vejez es otra de las principales preocupaciones, citada por el 85% de los encuestados en Portugal, muy por encima de la media de la OCDE (65%) y de nuevo junto con Chile (90%), México (87%), Grecia (85%), España (83%) e Italia (80%).
En materia financiera, el informe muestra que los portugueses confían más en la familia y los amigos que en las respuestas sociales del Gobierno para que les apoyen ante problemas económicos personales.
Casi el 70% cree que su familia u otro adulto del hogar podría trabajar más para aumentar sus ingresos y casi el 60% cree que un amigo o familiar estaría disponible para ayudarle. Por otro lado, menos del 30% cree que la ayuda del gobierno sería suficiente.
Portugal es también el segundo país donde la mayoría de la gente está preocupada por el envejecimiento de la población (79%), sólo por detrás de Corea del Sur (85%).
Preguntados por las políticas públicas para responder al envejecimiento de la población, la mayoría aboga, sobre todo, por incentivar la natalidad y apoyar una mayor participación de las mujeres y otras minorías en el mercado laboral.
En un capítulo dedicado a los retos de las nuevas tecnologías, el informe muestra que, en general, la gente tiende a destacar los impactos positivos y, en Portugal, más de la mitad cree que las tecnologías pueden ayudar a hacer el trabajo más compatible con la vida personal y a que el trabajo sea menos aburrido, estresante y mentalmente exigente.
Por otro lado, y como en la mayoría de los países, los portugueses se muestran más escépticos ante la posibilidad de ser sustituidos en el trabajo por un robot, una inteligencia artificial o alguien que preste el mismo servicio en una plataforma en línea, y ante la posibilidad de perder el empleo por no ser lo suficientemente bueno con la tecnología.
Concretamente en relación con la inteligencia artificial, la mayoría cree que creará más desempleo y algo más del 30% cree que generará más puestos de trabajo.
Para los portugueses, el mayor impacto de la inteligencia artificial será la necesidad de reciclar a los trabajadores para diferentes funciones.