Al inicio de la legislatura de 2024, sólo nueve diputados menores de 30 años fueron elegidos, lo que representa apenas el 3,91% de los parlamentarios, según el estudio.

Este número, señala la investigación, "está muy por debajo del 15,69% de jóvenes (entre 15 y 29 años) que componen la población residente en Portugal, según datos de Pordata".

"Las tasas de representación de los jóvenes han ido cayendo", con pocos diputados menores de 35 años, y "muy pocos menores de 30", señala Patrícia Silva, del Departamento de Ciencias Sociales, Políticas y Territoriales de la UA.

La tendencia al envejecimiento de los ministros en el Parlamento portugués se ha acentuado: en 2013, la edad media de los diputados era de 45,9 años, y en 2022 se elevará a 49 años", registra el estudio titulado "Jóvenes con las alas cortadas: Reducir la brecha entre la contratación y la representación de los jóvenes en las listas de candidatos".

"A pesar de que muchos jóvenes forman parte de las estructuras internas de los partidos, siguen sin aparecer en las listas electorales en puestos elegibles", señala el estudio.

Reflexionando sobre si las "jotas" (agrupaciones juveniles de los partidos) sirven de puente o de barrera para el ascenso político de los jóvenes en el Parlamento, el estudio recuerda que la propia definición de "juventud" ya impone límites: "a los 30 años, por regla general, cesa la posibilidad de integrar estas estructuras".

Según Patrícia Silva, la mayoría de los jóvenes que participan en ellas tienen un perfil social específico: "suelen ser jóvenes urbanos, con estudios superiores, con tiempo disponible y, a menudo, con vínculos familiares con la política".

"Estos jóvenes, a pesar de ser activos dentro de los grupos juveniles de los partidos, rara vez consiguen romper el "cuello de botella" del proceso de selección de candidatos", comenta.

"Los jóvenes no desaparecen del proceso, pero tienden a ser colocados en posiciones de la candidatura que probablemente no garanticen su elección", explica Patrícia Silva.

El estudio destaca que son sobre todo los mecanismos informales, como las redes personales y el apoyo de la dirección del partido, los que determinan el éxito de un candidato joven, y no los méritos o la presencia en una 'jota'.

"Los partidos deben hacer un esfuerzo para llegar a los jóvenes o, por otro lado, para que los jóvenes lleguen a los partidos, pero muchos jóvenes se sienten utilizados como meros transmisores del mensaje del partido, y no como participantes de pleno derecho".