En todos los actos a los que he asistido, desde cumbres políticas hasta mesas redondas que invitan a la reflexión, el telón de fondo ha sido el mismo. El mundo está cambiando, y también los cimientos sobre los que construimos. No sólo se están replanteando los edificios, sino también los supuestos que los sustentan. Los promotores y los inversores no solo buscan beneficios, sino también previsibilidad, seguridad y sentido a largo plazo. Y eso, más que nunca, viene determinado por el clima geopolítico.
He moderado paneles, escuchado a expertos e intercambiado ideas con profesionales de distintos continentes, todos con preocupaciones y ambiciones similares. Lo que hoy influye en el sector inmobiliario no se limita a una economía o a una normativa, sino que es el resultado combinado de elecciones políticas, objetivos climáticos, políticas de visados e incluso diplomacia cultural. Cada decisión tomada a nivel gubernamental envía ondas a través de los mercados inmobiliarios mundiales, a menudo cambiando el enfoque de los inversores de la noche a la mañana. La capacidad de un país para atraer, retener y proteger la inversión depende ahora tanto de la política como de la ubicación.
Mientras me preparo para moderar la Global Property Expo 2025 en Singapur, reflexiono sobre cómo este viaje ha dado forma a mi propia comprensión. Desde el P5Kongress en Alemania hasta los paseos por los distritos en expansión de Riad, desde el diálogo de Lisboa en la 17ª Cumbre Saudí-Europea hasta la celebración de debates en los eventos de Redpin y Currencies Direct en Lisboa, Oporto y Londres, ha sido un mosaico de perspectivas lo que me ha traído hasta aquí.
Estos encuentros, conversaciones y observaciones han creado una especie de brújula que me ayuda a navegar hacia dónde se dirige el sector inmobiliario. Lo que está claro es que el mercado mundial no sólo reacciona a la política, sino que evoluciona con ella. Por ejemplo, el creciente énfasis en la independencia energética en Europa ha acelerado la demanda de proyectos de construcción sostenibles y autosuficientes. En el Golfo, las estrategias nacionales de desarrollo están profundamente entrelazadas con la identidad arquitectónica, lo que atrae a inversores que se preocupan tanto por la cultura como por el capital. En algunas partes de Asia, las políticas en torno a la migración familiar y el acceso a la educación están impulsando tendencias de inversión en segundas viviendas que apenas existían hace una década.
Todos estos momentos han reforzado una idea: el sector inmobiliario debe leerse con una lente geopolítica. Lo que en el pasado parecían fluctuaciones aisladas del mercado son ahora movimientos interconectados en un tablero mucho mayor. Los cambios de divisas, las alianzas comerciales, los conflictos regionales y la política energética forman parte de la misma historia.
Y aunque esto pueda parecer desalentador, también es increíblemente energizante. Porque una mayor conciencia conlleva mayores oportunidades. Ya no podemos permitirnos ser observadores pasivos de los asuntos mundiales; debemos ser participantes informados que anticipen los movimientos, fomenten el diálogo y construyan con un propósito.
El futuro pertenece a los profesionales que entienden esta interacción. Que no sólo ven la superficie, sino también las corrientes subterráneas. Que reconozcan que las mejores decisiones se toman no sólo en las salas de juntas, sino a través de conversaciones reales más allá de las fronteras. Tenemos que ser estudiantes del mundo, evolucionar constantemente al ritmo del cambio, estar preparados para girar con el pulso de la política y la percepción.
Mientras continúo este viaje, me llevo conmigo historias, ideas y una convicción renovada de que el sector inmobiliario es algo más que un terreno: es una cuestión de personas, política y potencial. Y los que abarquen el panorama completo serán los que den forma a la próxima década. Los edificios que levantemos mañana serán el reflejo de los paisajes políticos, sociales y económicos que leamos correctamente hoy.
Nos vemos en Singapur, donde el mundo inmobiliario se reunirá una vez más para reflexionar, conectar y avanzar juntos.